Preguntas frecuentes sobre el Veganismo
¿Qué es el veganismo?
Desde la AVU definimos el veganismo como una postura ética que busca excluir, en la medida de lo posible y practicable, todas las formas de uso, explotación y crueldad hacia los demás animales para la alimentación, la vestimenta, el entretenimiento o cualquier otro propósito y que, por extensión, promueve el desarrollo y uso de alternativas sin animales, en beneficio de ellos, los seres humanos y el ambiente.
¿Cuándo surge el veganismo?
La consideración ética de los animales ha existido desde los orígenes de la filosofía occidental, con pensadores como Pitágoras, quien fomentaba el respeto y el no consumo de animales ya desde el siglo V a. C. El veganismo como lo conocemos hoy surgió en 1944, con la formación de la Vegan Society en Inglaterra.
¿Es posible alimentarse sin ningún alimento de origen animal?
Sí, es posible. Desde 1987 hasta la fecha, la Asociación Americana de Nutrición y Dietética (mayor organización estadounidense de profesionales de alimentos y nutrición) declara que una alimentación basada en plantas es apropiada para todas las etapas del ciclo vital —incluidos el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia—, así como para deportistas. Con el correr de los años más y más organizaciones referentes en salud a nivel internacional se han sumado a esta postura.
¿Qué beneficios tiene una alimentación basada en plantas?
Si se lleva a cabo adecuadamente y está bien planificada, como cualquier otro tipo de alimentación, con diversidad de alimentos, evitando ultraprocesados y con la cantidad suficiente de nutrientes, ésta puede tener enormes beneficios en la prevención de las enfermedades no transmisibles más comunes, como el colesterol elevado, la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y diversos tipos de cáncer como el de colon, mama y próstata. También contribuye a evitar el estreñimiento, lo que mejora nuestra flora bacteriana, protegiendo nuestra inmunidad y evitando la aparición de diverticulos.
¿Me faltan proteínas si tengo una alimentación basada en plantas?
No, las proteínas que el cuerpo humano necesita, o mejor dicho los aminoácidos esenciales que conforman las proteínas, pueden obtenerse de fuentes vegetales sin ningún problema, incluso en alimentos vegetales que no cuenten con todos ellos. Durante el día, nuestro sistema digestivo puede obtener los aminoácidos de distintas fuentes y completarlos para formar todas las proteínas. Por ejemplo, al comer distintos grupos de alimentos como legumbres, cereales o semillas que varían en su composición de aminoácidos, estos se complementan.
¿Necesito suplementar alguna vitamina si decido tener una alimentación basada en plantas?
La B12 es una vitamina creada por bacterias que viven en el suelo y la tierra (no es de origen animal). Los humanos ya no la obtenemos de forma natural al tomar agua o vegetales con tierra, porque potabilizamos el agua e higienizamos los alimentos (para evitar así la infección de patógenos que también se encuentran en la naturaleza). Algunos animales como las vacas, al comer pasto con tierra, ingieren las bacterias y pasan a formar parte de su flora intestinal, pero en muchos otros animales de las industrias, como cerdos o gallinas, son suplementados en la alimentación o mediante inyecciones.
Por lo tanto, la suplementación es la única fuente segura de vitamina B12, incluso en vegetarianos o personas que consumen pocos productos de origen animal, que a pesar de ingerirlos, estos no son fuentes seguras ni suficientes de B12.
Con la edad, la absorción de la vitamina B12 proveniente de productos de origen animal disminuye, por lo que todas las personas adultas, mayores de 50 años, incluidas las no veganas, deberían chequearse y seguramente suplementarse para evitar riesgos de deficiencia, lo que puede causar desde problemas cardiovasculares hasta neurológicos. Se ha estudiado que los veganos que se suplementan suelen ser las personas con niveles más seguros de B12.
A veces se escucha que algunas algas o vegetales pueden tener B12 de forma natural, pero en la mayoría de los casos son compuestos análogos a la B12 (similares en su composición), que no actúan de igual forma en nuestro organismo. Incluso los análisis de sangre pueden detectar este análogo como B12, lo que es riesgoso al no poder saber con seguridad los niveles reales de B12 o si existe una deficiencia.
¿Por qué no consumen lácteos y huevos como los vegetarianos?
A diferencia de los vegetarianos, que no consumen carne animal, los veganos entienden que los lácteos y los huevos requieren de la explotación y muerte de animales para su producción, aunque esto no se vea en el producto final. Al consumir derivados animales, directa o indirectamente se está apoyando dicha situación fatal. Por ejemplo, la industria láctea y la del huevo desarrollan prácticas muy crueles (como encierros, castraciones y mutilaciones sin anestesia) y terminan con la vida de los animales cuando estos no son más rentables para el negocio.
¿Además de la alimentación, qué otras situaciones evitan los veganos?
Ser vegano no implica solamente llevar una alimentación sin ingredientes de origen animal, sino que también el respeto hacia los demás animales se traslada a todos los ámbitos de la vida; por ejemplo: la vestimenta (no se utiliza cuero, lana, seda, etc.), el cuidado personal (se eligen productos sin ingredientes de origen animal y sin testeo en ellos) y el entretenimiento (no se concurre a circos, zoológicos, acuarios, jineteadas ni otros “espectáculos” con animales).
¿Es más caro adoptar un estilo de vida vegano?
No, la base de la alimentación de los veganos —consistente en legumbres, frutas, verduras, semillas, frutos secos y grasas saludables— es económica. Los productos procesados e importados tienen un mayor valor, pero no son necesarios para una salud óptima. En tanto, los productos de limpieza, higiene personal, vestimenta, ocio, entre otros, tienen un precio similar a los que consumen las personas no veganas.
¿Las plantas no son seres vivos también?
El veganismo busca respetar a los demás animales por ser seres sintientes: esto significa que tienen un sistema nervioso central, que les da la capacidad de experimentar sus vidas y tener deseos al igual que nosotros. Las plantas pueden reaccionar a estímulos (como la luz o el agua), pero no pueden valorarlos como experiencias positivas o negativas —como sí lo hacemos los animales—, porque carecen de dicho sistema nervioso central.